Los puertorriqueños y Twitter.

Hace un tiempo que no escribo aquí. Pero de repente me surgió la necesidad de saber quiénes de mis amigos usan Twitter y quiénes no. Esta información será clave en un estudio de los puertorriqueños.

Es más bien puro aburrimiento, pero la información me ayudará a ver todo más claro desde un punto de vista socio-cultural-canonico-economico-politico-partidista-generacional-mente-hablando.

Te agradeceré que dejes un comentario y que compartas la encuesta con tus amigos o con tus enemigos. Si no lo haces, tu e-mail, tu Facebook, tu buzón y tu zafacón se llenarán de SPAM. No del que jode la vida, si no de jamonilla por un año.

¡Anímate y vota por Puerto Rico!

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Los Puertorriqueños los tienen BIEN GRANDES.

Llevo días sin Internet y sin teléfono. Y he tenido que venir a trabajar al Starbucks de Las Catalinas Mall en Caguas. Aquí he visto al típico cojonú, joceador puertorriqueño, en su máxima expresión.

Llegan, enchufan sus laptops, se sientan y sin gesto alguno, comienzan a degustar gratuitamente los servicios de luz, Internet y baños. No es que malgasten estúpidamente $15.00 en café, o que continúen nutriendo a este monstro capitalista. Se trata de tener un poco de consideración. Si van a estar más de 15 minutos, ocupando la silla de un consumidor real, pues al menos deberían comprar algo.

Y para completar el circo, una empleada del Beauty de al lado preguntó si había Internet. Y lo próximo, si que fue cómico. Cuando le confirmaron que si había, dijo: “¿Y porque no se conecta mi laptop?”.

No es increíble, es Puerto Rico. Pero, al menos me ofrecieron hand sanitizer.

Nubes negras y no tan negras

¿Algunas vez has sentido que la nube nunca se irá? Pues sí. Si se ira. Todo está inmerso en un contexto natural y a la vez individual. Como vienen los días de lluvia, los huracanes, las enfermedades, todo pasa. En algunas ocasiones no es una mera nube negra. Sentimos que un terremoto nos estremece y ahí es diferente. Suelen ser situaciones repentinas, cortas, destructivas. Aun así, pasan y podrían volver a pasar.

Aunque quisiera poder aplicarme el cuento yo mismo, no puedo. Siento que sin quererlo o sin saberlo, soy un amante del cine. Pues, me gusta quedarme contemplando la nube, mirando y mojarme con toda su agua. Cuando me seque no solo estaré pensando en que ya pasó, pensare en que me he mojado. Y como sol que sale, luces que se prenden. ¡Música!